En nuestra práctica de cada semana, intentamos poner conciencia a nuestros actos cotidianos.
Esta semana debemos estar atentos a nuestras metidas de pata, aquellas pequeñas acciones o decisiones de las que finalmente nos arrepentimos. Puede ser una mala reacción, un error en el trabajo por no haber puesto el suficiente interés o una acción que veamos que ha podido herir u ofender a otra persona. En esos momentos en los que podemos sentir ese arrepentimiento, el ejercicio más saludable es el perdón.
Pedir disculpas y pasar un momento de vergüenza hace que solucionemos este sentimiento con la valentía que corresponde para intentar arreglarlo y la conciencia que haga que aprendamos algo de nuestro propio error.
Si tienes oportunidad de poner esto en práctica, escribe en tu diario para analizar toda la progresión de pensamientos y emociones evocadas.