El apego es una de las fuentes de sufrimiento más grandes del ser humano. La pérdida de los seres queridos es una de las cosas que nadie quiere ni acepta que le ocurran y de hecho, son una de las principales causas de depresión a partir de la mediana edad que es donde empiezan a ocurrir de forma más habitual.
Con paz interior, con aceptación de la impermanencia de la vida y con un desarrollo de la resiliencia que nos aportará la meditación, las pérdidas que dolerán de forma muy profunda, con algo de tiempo y pasado el duelo correspondiente, se transformarán en maravillosos recuerdos que darán sentido a tu paso por la vida.
Fotografía: mis abuelos paternos, Juana y Julio