LA HERIDA EMOCIONAL
Los seres humanos, desde que comenzamos nuestra existencia en el vientre materno, ya estamos sometidos al entorno que nos rodea. Una de las partes que más va a marcar nuestra forma de ser, son las experiencias que vamos a vivir durante los primeros años de nuestra vida.
En esas experiencias, encontraremos momentos maravillosos , determinantes e inolvidables y por el contrario, habrá también momentos duros y desagradables que al igual que las heridas físicas dejan cicatrices; se producirán heridas emocionales que marcarán parte de nuestra forma de ser. Estas heridas son causadas por circunstancias que no dependen de nosotros y directamente provocadas por nuestros seres queridos como son , padres, cuidadores, profesores y otros…
Hablar de estas heridas no pretende que busques culpables ni que justifiques tus actos. Las heridas emocionales nos las hacen todas esas personas, tan importantes para nosotros, que tanto nos han cuidado y querido pero que por sus creencias, no han sabido evitarlas en el complicado camino de la crianza y de la educación.
De niños, no tenemos herramientas para gestionar emociones como miedo, tristeza, rabia, frustración y a veces, determinadas experiencias que generan estas emociones provocarán estas heridas difíciles de curar y muy determinantes en nuestra forma de reaccionar ante las situaciones difíciles de la vida. Estas heridas actúan de una forma parecida a las heridas físicas, cada vez que las vemos o las tocamos, nos producen dolor porque nos recuerdan el suceso que la provocaron; en el caso de las heridas emocionales nos ocurre lo mismo; cuando algo nos recuerda esa herida, las emociones asociadas a ella así como las personas que nos la provocaron vuelven a aparecer en nosotros en modo de reacción descontrolada, miedo o bloqueo.
Las principales heridas que se definen en psicología son:
Herida de Rechazo
- Se suele producir desde el vientre materno hasta el primer año de vida.
- Esta herida se produce normalmente en niños no deseados o que han llegado en un momento muy inoportuno en la familia.
- Las personas afectadas por esta herida, son adultos con mucho miedo al rechazo.
- Normalmente, se caracterizan por pensar que todo lo bueno que les pasa es fruto de la casualidad o de la suerte y que en realidad , no se lo merecen.
- Por lo tanto, son personas con una baja autoestima.
Herida del Abandono
- Se produce en niños que o bien han sido abandonados, o que alguno de los progenitores o cuidadores, no ha respondido en momentos en que el niño necesita seguridad, pueden ser ausencias largas de uno de los padres por las circunstancias que sean o cuidados inestables por progenitores con salud física o emocional inestable.
- Se produce principalmente en los tres primeros años de vida que es cuando el niño genera su modelo de apego.
- Son adultos con mucho miedo a la soledad por lo que generan una gran dependencia emocional
- Hay una característica común en estas personas y es la dificultad para tomar decisiones, necesitando de forma muy agudizada la aprobación externa para todo lo que hacen.
Herida de la humillación.
- Se produce principalmente en los primeros cinco años de vida.
- Esta herida está provocada cuando al niño se le somete a castigos humillantes, a comparaciones continuas o a ridiculizaciones cuando comete algún error.
- De adultos , son personas con un miedo muy importante al ridículo siendo personas a las que les gusta pasar desapercibidas , con grandes dificultades para hablar en público y les cuesta entablar relaciones de confianza en grupos de trabajo.
- Para evitar situaciones comprometidas, asumen muchas responsabilidades, normalmente más de las que pueden asumir y están sometidas a niveles altos de estrés.
Herida de la traición.
- Esta herida se produce a partir de los primeros 3 o 4 años de vida, En esta edad el niño empieza a detectar la mentira y en ocasiones, escondemos la realidad a los niños intentando protegerlos, sin embargo, corremos el riesgo de generar esta herida.
- Da lugar a adultos que no soportan la mentira
- Suelen ser muy celosos y profundamente desconfiados
- Tienen problemas para tener relaciones personales cercanas por su falta de confianza y terminan siendo personas más bien solitarias y sin grandes círculos sociales o familiares
- Todos queremos proteger a los más pequeños de situaciones difíciles de aceptar y para las que no tienen herramientas emocionales, pero a veces, es más recomendable adaptar la versión de los hechos a la edad de los pequeños que la mentira. De esta forma, el niño va asumiendo las circunstancias que le rodean sin entrar en situaciones que no le correspondan manejar pero sin dar como resultado esta herida. Por ejemplo, en niños adoptados, se les debe explicar su condición de niños no biológicos, sin hablarles de abandono de orfanatos ni otros términos difíciles de entender en los primeros años de vida.
Herida de la Injusticia
- Esta herida, se le produce al niño en los 10 primeros años de vida. Está producida por una exigencia mayor de la que el niño puede afrontar.
- Hoy en día, los niños tienen unas exigencias escolares y extra escolares muy altas, se les somete a un estrés horario enorme y no todos, tienen la misma energía ni capacidad para afrontarlo.
- A veces, los adultos volcamos nuestras propias frustraciones en nuestros hijos pretendiendo que ellos consigan todo lo que nosotros no pudimos. Todas estas exigencias, pueden dar lugar a esta herida.
- De adultos , personas con esta herida se caracterizan por ser adultos muy rígidos, muy exigentes, consigo mismos y con los demás.
- Agudizan mucho el concepto de Bien y del mal y no tienen gama de grises en su juicio personal del resto del mundo que les rodea.
- Son adultos que viven con un gran sentimiento de culpa porque en el fondo, sienten que han defraudado a las personas más importantes de su vida, sus padres.
Conocer nuestras heridas no tiene por qué afectar en tu relación con tus padres o tus cuidadores, tan solo hará que te reconozcas mejor, que entienda partes de ti que a lo mejor no te gustan demasiado pero que no son un defecto de «fábrica» sino que son fruto de tus experiencias y hará que te aceptes, te perdones y te quieras como debes quererte.
La meditación puede llevarte al reconocimiento de esas heridas y a su curación definitiva. La sensación de entenderlas y la capacidad de sanarlas, podrá desplegar definitivamente el ser que eres y que está ahí, esperando a mostrarse en su mejor versión.
Tomando Conciencia , viviendo en Coherencia.