ACEPTACIÓN.
La Aceptación es una de las principales actitudes de Mindfulness.
Debemos resaltar, que aceptar no significa resignarse.
La vida no es una carrera de obstáculos que hay que superar cada día, sin embargo, debido a la velocidad con la que vivimos, en ocasiones sentimos que es así.
Cuando percibes la vida de esta forma, tenemos la sensación de que las situaciones difíciles o desagradables que se nos ponen delante, no son dignas de ocurrir y debemos luchar contra ellas. Sin embargo, entre esas situaciones, hay muchas con las que no se puede luchar porque no dependen de nosotros. Esa lucha, trae consigo un gran desgaste y un alto nivel de estrés innecesario y completamente improductivo.
La vida es una gran oportunidad que se te ha brindado para desplegar tu potencial y desarrollar aquellas cosas para las que has venido a este mundo, sin embargo has de enfrentarte a cosas y situaciones que no te gustan o no estaban dentro de tus planes y mucho menos, de tus expectativas.
Esto no quiere decir que las personas no persigan sus sueños y que estos sueños requieran de perseverancia y trabajo. Por supuesto, casi todos nuestros objetivos van acompañados de una dedicación extraordinaria donde a base de conocimiento, experiencia y constancia se van consiguiendo.
Aquí es donde debemos empezar a introducir el concepto de Aceptación. Esta actitud, está directamente relacionada con la paciencia, el soltar, el mantener una mirada curiosa hacia las cosas que nos trae la vida, tiene que ver con hacerse cargo de lo que está aconteciendo en el aquí y en el ahora.
Carl Yung nos dijo «Lo que resiste, persiste». Cuando esquivamos aceptar lo que está ocurriendo, la vida se encarga de volvértelo a poner delante de forma aún más evidente y generalmente, acompañado de más sufrimiento.
Cuando nos encontramos delante de una situación que pensamos que nos puede desbordar, tenemos tres posibles opciones:
- Ignorar
- Negar
- Aceptar
Si la ignoramos, miramos hacia otro lado, lo hacemos desde el consciente. Sin embargo, nuestro subconsciente no puede negar lo que has evidenciado y desde ahí, la vida nos lo irá poniendo delante, cada vez con más dimensión y generalmente con más dificultad para afrontarlo.
La opción de la negación, es parecida a la ignorancia. Cuando nos negamos a nosotros mismos y a los demás, algo que en el fondo , sabemos que está ocurriendo, nos ancla en un montón de pensamientos recurrentes que harán que alargues una agonía y un sufrimiento en silencio que terminarás acusando de forma más angustiosa. Esta opción es completamente inútil.
la última y correcta opción, es la Aceptación. Esto no significa que nos hagamos vulnerables hacia una situación, tampoco significa que nos resignemos hacia lo que está ocurriendo. Si aceptamos con amabilidad, nos hacemos cargo de lo que está sucediendo, sin dramatizar ni magnificar y con coherencia .
Cuando empezamos a vivir estas situaciones con aceptación, empezamos a liberarnos de algo de lo que somos muy esclavos, esto son nuestras expectativas que en un mundo tan globalizado en lo que a información se refiere, éstas suelen estar por encima de nuestras posibilidades y nos hacen vivir en estados continuos de frustración.
Cuando te liberas de expectativas, tu vida se abre hacia lo que tenga que pasar y cada experiencia, cada persona que llega a ella, tendrá la posibilidad de entrar para sumar, para darle sentido, para traerte Felicidad .
El aceptar nos devuelve la calma, porque mientras estamos ignorando o negando lo que está ocurriendo, el sufrimiento y los pensamientos recurrentes son torturadores. En el momento en el que aceptamos, tomamos conciencia y dejamos de rumiar y por lo tanto de sufrir.
Cuando aceptamos y recuperamos la calma y la paz interior, podemos encontrar caminos para afrontar la situación, bien sean caminos de solución o de cambio y adaptación en nuestra vida. Mientras no aceptamos, los altos niveles de estrés que esto nos produce, hacen imposible encontrar estos espacios de solución o de adaptación.
La vida no es siempre un camino de rosas, lo sabemos todos. La aceptación te dará la capacidad para poder seguir pensando que la vida merece la pena, a pesar del dolor y el sufrimiento que a veces nos acompaña.
Tomando conciencia, Viviendo en Coherencia.