Esta semana quiero que hagas una reflexión en tu diario.
Piensa en algún acontecimiento muy malo de tu vida. Intenta recordar cómo te sentiste en ese instante y que consecuencias pensaste que ese hecho iba a tener en tu vida.
Pasado un tiempo, reflexiona sobre las consecuencias que realmente ha tenido, sobre cómo es tu vida y si realmente el hecho te ha producido una situación tan dura como imaginabas.
Todas las situaciones difíciles, en principio, nos abruman y nuestro cerebro se imagina consecuencias fatales. Pasado un tiempo, ves que tales consecuencias han sido más livianas, en la mayoría de los casos y sin embargo, pasamos unos primeros momentos de auténtico pánico que nos rompe completamente los esquemas .
Hacernos conscientes de cómo lo hemos vivido en el pasado, puede ayudarnos y prepararnos para vivirlo de forma más ecuánime en el futuro.