Fotografía: Puente entre barrancos
La vida no es estable, ni predecible, ni plana. Estamos a merced de millones de circunstancias y decisiones desde el momento en el que nacemos que marcarán nuestras experiencias.
Resistirte a que ocurran cosas que están fuera de nuestro control es resistirse a la propia vida.
Esta necesidad de control tiene mucho que ver con creencias limitantes, con una baja autoestima y con un chantaje emocional al que nos sometemos unos a otros.
Soltar tu necesidad de control es soltar tus cadenas y abrirte a lo que la vida tenga para ti.