A veces, solo se trata de un exceso de Cortisol.
Seguimos inundados por un ambiente de ira, de miedo y de incertidumbre. Ante esta situación, no debemos olvidar que nuestro cerebro no distingue entre una situación de peligro real y una situación de peligro imaginada.
Debemos ser cautos , sin embargo, si nos dejamos arrastrar por noticias incesantes sobre cifras, acritud de toda la clase política incapaz y buscar puntos de encuentro comunes para buscar soluciones y una población que va de un sitio a otro con una desorientación absoluta sobre cómo actuar, nuestro cerebro pone en marcha los mecanismos de defensa para los que está diseñado.
Estar en un estado de alerta permanente, pone en marcha desde nuestra glándulas suprarrenales la emisión de cortisol y hoy quiero contarte, de forma detallada, como el exceso de esta hormona actúa en nuestro cuerpo.
¿qué es el cortisol. para que sirve realmente?
Vamos a imaginar que vas en tu coche. De pronto, ves un coche que viene en sentido contrario, viene sin control hacia a ti y en décimas de segundo, te haces consciente de que vas a chocar. El otro conductor reacciona y por los pelos, esquiva el golpe y con una ligera maniobra has conseguido volver a tu posición en la carretera sin que haya ocurrido nada.
Tu cuerpo ha experimentado un pico en la emisión de cortisol y adrenalina que te prepararon para sufrir el accidente, sin embargo, no ha ocurrido. Ambas hormonas han puesto en marcha una serie de mecanismos para afrontar la situación de peligro inminente y a priori, esto es positivo.
El cortisol no es algo negativo por si mismo, el problema es que el exceso de éste es tóxico.
Este pico de cortisol que has tenido te produce una serie de efectos como pueden ser un aumento en tu ritmo cardiaco, una migración de sangre desde tus vísceras y tu cerebro hacia tus músculos, una liberación de glucosa en sangre para tener tu musculatura preparada para la respuesta de lucha o huida, a base de una inhibición de la secreción de insulina desde tu páncreas. Estos efectos que se han producido un pocos segundos , tardarán varias horas en volver a niveles normales y tras este proceso, sentirás una sensación de fatiga provocada por todos estos desajustes.
Volviendo a los momentos que estamos viviendo, si nos pasamos el día pendientes de malas noticias y las guerras políticas y sociales que esto está provocando, nuestro cerebro estará en modo alerta y la emisión de cortisol en nuestro cuerpo, será más o menos constante.
Siempre que sometemos a nuestro cuerpo a situaciones estresantes, nuestro cerebro pone en marcha el sistema nervioso simpático y la emisión de cortisol comienza.
A diferencia del ejemplo del coche, la exposición constante al cortisol, producirá unos efectos más a largo plazo y las consecuencias para tu organismo, no se resolverán cuando vuelvas a la calma porque no darás tiempo a tu cuerpo a la recuperación de una exposición a otra.
las consecuencias de una exposición prolongada a los efectos del cortisol las podemos resumir en lo siguiente:
- Ritmo cardiaco más elevado de lo normal, lo que significa que tendrás un ritmo errático y terminará causándonos arritmias.
- Inhibición de la secreción de insulina en sangre porque el cuerpo entiende que necesita toda la glucosa posible, lo que puede dar lugar en periodos continuados a cuadros diabéticos.
- Afecta profundamente al sistema inmunológico inhibiendo los procesos inflamatorios, que es el proceso que nuestro organismo tiene para la regeneración de tejidos cuando hay daños.
- Cuando estamos enfermos sentimos un abatimiento muy perceptible debido a que nuestro sistema inmunológico hace un uso enorme de energía para combatir la enfermedad. Un cuerpo en modo estrés, raciona nuestra energía para estar preparado para combatir la supuesta amenaza y ante un proceso de enfermedad, nuestro cuerpo no permitirá ese desgaste de energía por parte de nuestro sistema inmunológico lo que hace que disminuya su capacidad considerablemente.
- Los sentidos se activan y nos sentimos mucho más reactivos ante cualquier estímulo. Esto hace que nuestras relaciones personales se tensen o directamente , se deterioren.
- Afecta al sistema reproductivo, especialmente en mujeres en las que aparecen verdaderos problemas para el embarazo.
- Inhibe el sistema de crecimiento debido a la neutralización de procesos de regeneración celular.
- Afecta al sistema tiroideo.
En los tiempos que vivimos, donde nuestro sistema de vida y de relacionarnos con nuestro mundo ha cambiado, donde nuestra libertad de movimiento está limitada, donde hemos tenido que restringir nuestras actividades de ocio y de reuniones multitudinarias tan arraigadas en nuestra cultura, podemos caer en una actitud pasivo agresiva, donde, además de no buscar la forma de adaptarte y encontrar espacios de motivación en esta situación, te instales en un espacio de queja constante, de resistencia y de frustración que hagan que estés todo el tiempo en modo alerta, en modo estrés y con unos niveles de esta hormona excesivos.
Esto no tiene nada que ver con tu modo de vida, y personas que están en casa, teletrabajando, sin una exposición muy peligrosa al virus, pueden estar con niveles de cortisol más elevados que personas que están en primera línea trabajando.
la actitud y la protección contra este tipo de pensamiento en bucle es crucial es estos momentos .
Podemos estar atentos a nuestro cuerpo y si no nos damos cuenta desde nuestra actitud ante esta situación, determinados síntomas nos pueden dar avisos de que nuestra actitud nos está poniendo en una situación más peligrosa y vulnerable como son:
- Caída de pelo
- Temblor en ojos
- Sudoración excesiva de manos y pies
- Sequedad en la piel
- Sensación de nudo en la garganta
- Opresión en el pecho
- Taquicardias
- Adormecimiento de extremidades
- Problemas gastrointestinales
- Irritabilidad
- Dolores musculares
- Migrañas
- Artritis
- Fibromialgia
- Alteración del ciclo menstrual
- Cambios en los patrones del sueño
- Tristeza
- Incapacidad para el disfrute
- Apatía
- Fallos de concentración y memoria
- Ansiedad
- Aislamiento social
A veces tenemos alguno de estos síntomas y nos asustamos pensando que tenemos una enfermedad más grave, sin embargo, el controlar nuestro pensamiento y por lo tanto nuestros niveles de estrés, bajará los niveles de cortisol y se podrán aliviar .
No nos dejemos arrastrar por todo lo que puede acompañar a esta situación y ayudemos a nuestro cuerpo a combatirlo con equilibrio, con coherencia y con prudencia .
Tomando conciencia, viviendo en coherencia