Cuando llegamos a la mediana edad , la famosa crisis de los 40, en casi todos, tarde o temprano se nos despierta algo. Tras la mitad de nuestra vida, donde hemos intentado cumplir con los cánones de la sociedad, unos mejor, otros peor, en realidad, poca gente se siente demasiado realizada.
En general, casi todo el mundo se siente un poco esclavo de su vida y de sus circunstancias y muchos de nosotros, no hemos encontrado nuestro propósito de vida.
¿y que es esto del propósito de vida?
El ser humano, necesita sentir que todos sus esfuerzos y sufrimientos tienen algún sentido. En esta vida, tenemos momentos de éxito, de felicidad y de recompensa que le dan mucho sentido a nuestras vidas, pero ¿ qué pasa con el sufrimiento, qué pasa con los fracasos, qué pasa con las caídas….?
Cuando tenemos que enfrentarnos a las situaciones difíciles que la vida nos depara, necesitamos agarrarnos a un cabo salvador que nos haga recordar nuestras resiliencia, nuestras capacidades y sobre todo, nuestra humanidad. Muchas personas, carecen de esta resiliencia y ante las vicisitudes de la vida, caen en un pozo sin fondo y quedan sumidos en una depresión de la que no es fácil salir.
Sin embargo, otras personas tienen la capacidad de salir de estas situaciones, en un tiempo razonable y generalmente fortalecidos, con más enseñanza y sobre todo, más preparados para seguir hacia adelante.
El tiempo y los casi 50 años que ya toco de cerca, me han enseñado que mucha de esa resiliencia que podemos tener o no, depende de que tengamos un propósito de vida. En muchas ocasiones, los que hemos sido padres, nos marcamos un propósito de vida relacionado con sacar adelante a nuestros niños, pero esto no es un propósito como tal, esto es una responsabilidad.
El propósito de vida tiene que ver con que entiendas a qué has venido a esta vida, por qué la vida te ha puesto aquí, en este momento, en esta ciudad, con esta familia….
Estoy convencida de que todos hemos venido a algo y encontrarlo, es el mayor premio que se nos puede dar. A partir de descubrir esto, ya estás enfocado hacia lo realmente importante y muchas de tus necesidades superficiales, caen en picado para centrarte en ese propósito que te levanta de cada dificultad.
Cuando hablo de esto, puede haber personas que se sientan un poco perdidas y piensan que no tienen ni idea de esto de lo que hablo. Otras pueden pensar que soy una petarda religiosa que ha copiado alguna homilía y está dando lecciones morales, pero nada más lejos de la realidad. Hace años que me separé de cualquier religión y me considero una humanista empedernida que le apasiona el conocimiento de la mente y del alma del ser humano.
Te voy a dar una pista: AMOR, esta es la palabra clave para que empieces a hacerte preguntas como ¿Quién soy? ¿A qué he venido a esta vida? ¿ Cuales son mis potenciales para que yo pueda vivir desde el amor? ¿ de qué me ha dotado la naturaleza para poner mi granito de arena en mi paso por la vida? ¿ Qué legado puedo dejar en mi vida?
Soy una persona que ha pasado por situaciones maravillosas , pero también he sufrido mucho, desde una ruina económica, un divorcio complicado, la muerte de seres muy queridos desde que era muy joven y otras como tantos otros que estaréis leyendo esto. Sin embargo, en todas esas situaciones he salido a base de pura supervivencia y de las personas que me querían y me han sacado hacia adelante.
Todas estas situaciones, todo este sufrimiento me ha ido llenando de recursos para llegar a este momento, éste en el que he descubierto que he venido para AMAR a las personas que me rodean y por suerte, he encontrado la forma de hacerlo. No hay más que pensar, tan solo, hacer. Encontrar los beneficios de vivir el presente y tener la capacidad de comunicarlo y poder enseñarlo, ayudando a personas a mejorar sus vidas, ha transformado la mía, donde todos los momentos de dolor tienen su sentido hasta este momento, porque me han enseñado a entender el dolor de los otros, donde todos los fracasos me han enseñado, que todo el mundo tiene cosas que enseñarme y la humidad es algo que debo beber todos los días en mi desayuno, donde todas las pérdidas me han enseñado que vivir el presente y disfrutar de las personas que tengo HOY, es la única opción para sentirme feliz.
Como dice un hombre maravilloso que os presentaré en el apartado de Noticias de interés, «O AMAS, O HAS PERDIDO EL TIEMPO» Padre Ignacio María Doñoro