Para la resolución de conflictos lo mejor es trazar una estrategia de tratamiento de emociones.
Normalmente, en los conflictos nos encontramos sumidos en un punto de desencuentro con otra persona.
Lo primero que debemos hacer es analizar qué emociones son las que me acompañan en dicho conflicto y después, si es posible, debo soltar al mensajero. Olvida a la persona del conflicto y analiza el por qué esa situación te trae esas emociones y cómo las vives.
Ahí encontraremos heridas emocionales, efecto espejo y otras muchas cosas interesantes que trabajarnos.
Tras esta reflexión, podrás trabajar la aceptación, el perdón o sencillamente, el poner límites o distancia ante esa situación. Lo importante aquí es tener conciencia de cómo te afecta este conflicto y que trae para ti.
No te apegues ni a la persona, ni a la situación en si, ellos no son los importantes en este proceso .