Ésta semana tu trabajo ha de ser de toma de conciencia.
Piensa en una situación que te haya decepcionado en tu vida, puede ser menor o mayor.
Ahora, una vez descrita la decepción, que ocurrió, quien intervino en ella… analiza tus emociones.
Tomar conciencia de las emociones que aparecen en estos momentos, nos puede ayudar a buscar nuestra propias expectativas.
Debemos dar nombre a las expectativas que se frustraron en esa decepción, pueden ser deseos de futuro, confianza en las capacidades de alguien o en los valores de otro; puede ser por un deseo o ilusión que se truncó.
Cuando analizamos nuestra expectativas debemos indagar un poco más. Es interesante que sepamos de donde viene: de una necesidad no cubierta, de un deseo irracional, de nuestra imaginación o incluso nuestra pasión.
Cuando lleguemos a esas expectativas, podemos ver que necesidades básicas están cubriendo dichas expectativas y ya estaremos en el origen. El no tener claramente definidas mis necesidades básicas para ser feliz, hace que vaya sin rumbo en una búsqueda sin sentido de algo que no tengo muy claro qué es. Así es como formamos esas expectativas que pueden terminar en decepciones que nos hagan sufrir.
Escribe, analiza, encuentra y cubre esas necesidades por ti mismo.