Esta semana te pido que cada día te propongas un número de sonrisas. Reflexiona la noche anterior y decide en que momento y a quien vas a sonreír, pero sonrisas desde el corazón.
Por la noche, escribe sobre como te has sentido y que has notado en los demás. Unas veces, habrá reacciones mejores y otras peores, pero en unos días, todas serán buenas.
El planear nuestras sonrisas puede parecer algo frío, pero como no lo tenemos integrado, hemos de forzarlo un poco al principio. En cuanto tomes conciencia de sus maravillosos efectos, no te hará falta y cada día, tu sonrisa será más natural y sobre todo más habitual.
Además, nos acaban de quitar la mascarilla, no hay mejor ocasión para empezar a sonreír y recuperar la conexión perdida, si es que alguna vez la tuvimos.
Disfrútalo.