Título: Mis lesiones, mis maestras.
Siempre que me lesiono, siento mucha frustración por el dolor y los inconvenientes que traen, pero en todas ellas, siempre saco algo positivo.
Resistirse a tiempo cuando pasa lento, por la circunstancia que sea, es resistirse a aceptar y por lo tanto, nos sume en un sufrimiento añadido por dar la espalda a lo que ocurre.
Cuando aceptas una lesión, tu trabajo se centra en la recuperación, en el autocuidado y en la auto compasión que se necesita en esos momentos. Amabilidad, diálogo interno positivo y buscar oportunidades de hacer cosas diferentes serán tus mejores aliados.