El concepto de compasión que ya hemos visto en otros post anteriores, relacionado con la capacidad de percibir el sufrimiento propio y ajeno, así como tener la voluntad de aliviarlo, se ha convertido en una herramienta más en las terapias psicológicas.
Las terapias centradas en la compasión han surgido para el trabajo con personas con modelos de apego inseguros, con altos niveles de autocrítica destructiva o que sienten mucha vergüenza, por sentir interiormente que por alguno de sus comportamientos son personas indeseables.
Las terapias de la compasión surgen por una evolución en la comprensión de nuestra mente , que nos muestra que por el tipo de especie que somos, hace que nos sintamos particularmente sensibles al cuidado o la falta del mismo.
El no sentirnos cuidados o sostenidos en nuestro sufrimiento, es algo muy dañino para nosotros. Somos seres evolucionados pero muy frágiles emocionalmente, muy dependientes desde nuestra crianza . Podemos decir que para el ser humano, sentirse cuidado significa sobrevivir.
Cuando nos sentimos cuidados activamos nuestro regulador emocional de la calma y afiliación que hace que, nuestro sistema nervioso pueda calmarse, regularse y desarrollar todo su potencial.
La auto compasión, es entrenable y además de poder trabajarla mediante terapias centradas en ello, podemos trabajar a través de Mindfulness en trabajos de meditación para el desarrollo de ésta. El objetivo es convertir una voz crítica y destructiva, en una voz más compasiva, más amiga.
Aquí se crea bastante controversia porque se cree que cuando uno entrena en compasión, se vuelve condescendiente consigo mismo y nada más alejado de la realidad. La auto compasión, nos acerca desde un punto de vista, sincero, humilde y sin victimizarnos a la realidad de lo que ocurre y desde ahí , se trabaja en transformar la voz crítica en una voz amiga y constructiva. Esta voz nos hará ver claramente en qué estamos fallando y en qué debemos mejorar, pero sin utilizar creencias antiguas, complejos y traumas del pasado. El vocabulario y el tono serán amables y sobre todo, el mensaje irá encaminado a que mejoremos y podamos levantarnos de esa situación.
Personas muy autocríticas piensan que son mejores porque se exigen mucho, pero cuando cometemos errores, estas voces tan atroces, nos hunden y hacen que terminemos por abandonar nuestros objetivos por sentirnos totalmente incapaces o inadecuados para conseguirlos.
Tomar conciencia de que todos tenemos esa voz, de que puede ser muy destructiva y limitante y de que nuestro cerebro, la escucha como si alguien desde fuera te hablara, activando todos los mecanismos de defensa y estrés que necesita para asumir su mensaje, nos hace conscientes de la necesidad de entrenarla que tenemos.
Esta voz crea hábitos de pensamiento y con esto, se crean patrones de activación en nuestro cerebro que hacen que siempre reaccionemos de la misma forma, así , si siempre me digo que soy un inútil para algo en concreto, mi cerebro se sentirá completamente inútil para abordarlo.
El entrenamiento en compasión a través de la meditación, va recableando nuestro cerebro para cambiar la forma de tratarme y de abordar los retos que se me planteen en la vida.
Tomando conciencia, viviendo en coherencia