Una de las cosas que más acusé en esta dura época que hemos vivido, fue mi desconexión con el mar. Meditar en un entorno natural me conecta con mi naturaleza y con mi interior. Este verano he recuperado este tesoro perdido y he vuelto a conectar con esa parte de mi que solo allí puedo ver.
Recuperando la vida, recuperándome a mi misma.