Elige a una de esas personas de tu vida en las que puedes sentir algo de apego . Cuando estés con esa persona, mantente muy consciente en las conversaciones y cada vez que haya un momento de tensión, hazte las siguientes preguntas desde el interior de tu mente:
¿desde estoy en este momento? ¿busca atención, busco ser valorado, querido? ¿estoy coartando la libertad del otro? ¿me siento vulnerable? ¿tengo miedo a perder a esta persona si no está siempre pendiente de mi?
A partir de este instante, intenta respirar de forma conciente y contestate lo siguiente:
Si estoy en una situación de apego, me retiro. Esta persona me quiere por lo que soy y no necesito demostrarlo. Soy suficiente para que esta persona me quiera y no voy a dudarlo. El que me quiere, tiene su propia vida, sus propios espacios y he de buscar los míos para darme valor. No le necesito para vivir, le quiero , solo eso.
El fijar este tipo de pensamientos, nos hace retroceder ante un momento de apego inconsciente que nos puede llevar a conflictos innecesarios que nos hacen sufrir.