La resiliencia hay que desarrollarla con trabajo, silencio interior y mucho entrenamiento.
Esta semana te invito a que a lo largo de los días, si te pasa alguna situación desagradable, que te asuste, que te preocupe, haz lo siguiente:
Cierra los ojos y piensa que ese hecho que te está ocurriendo, viene alguien, un familiar, un amigo, un compañero de trabajo y te lo cuenta como si le pasara a él. Escúchalo con todo detalle, narra toda la situación , así como los sentimientos que esa persona tiene en estos momentos y dale tu opinión desde fuera.
Haz un ejercicio de sinceridad, sin intentar quedar bien con esa persona y se lo más honesto y cariñoso posible ante la situación
Después, evalúa la diferencia en los hechos, cuando te está ocurriendo a ti y cuando le ocurre a otra persona. El hecho es idéntico pero la percepción que tenemos del mismo, es completamente diferente.
Este es un ejercicio de observación muy útil para tomar conciencia de cómo nuestro cerebro, magnifica la versión de los hechos cuando somos nosotros los afectados.