A TRAVÉS DE MIS OJOS
En ocasiones pienso que mi visión se aleja a pasos agigantados de la visión del resto del mundo. En una sociedad a la carrera, donde la bronca, la controversia, la crítica incesante se desayunan cada mañana con un buen café cargado de estrés, mi mirada solo busca silencio, paz, equilibrio.
Imagino que la edad está haciendo mella en mí, pero la distancia que percibo entre lo que siento y lo que escucho me abruma hasta la extenuación.
Mis ojos han creado una especie de filtro donde solo percibo belleza, donde la luz entra fuerte cada día, donde el sol despliega todas sus vitaminas en mi cuerpo y alrededor, ruido, velocidad, angustia…
Jamás he conocido de tanta gente joven afectada de ansiedad y sin embargo, todos seguimos corriendo, todos seguimos gritando y defendiendo nuestro ombligo como si de sobrevivir se tratara.
La sociedad grita desesperada pidiendo atención, pidiendo ayuda, pidiendo silencio y da igual, todos corren, todos gritan y nadie mira a nadie…
Donde quedaron los abrazos, los besos, los “quedamos a un café y echamos la tarde”… ya nadie puede, ya nadie para, ya nadie se atiende, ni a si mismo, ni a los que le rodean.
Grito a mi manera, desde mis clases, desde mis talleres, desde este espacio personal, grito humanidad, grito silencio, grito escucha, grito amor…
Parad, solo diez minutos al día y escuchad… solo eso
Si me necesitas, aquí estoy.
Tomando conciencia, viviendo en coherencia…