Las vacaciones son una época maravillosa para reflexionar sobre nuestras cosas. Una de las maravillas que me encuentro cada verano, es con el cambio que ha dado mi familia desde el año anterior.
Me sorprendo a mí misma, haciendo un trabajo de adaptación como madre inmenso para poder aceptar y respetar la nueva versión de cada uno de mis hijos.
Realmente todos cambiamos de un año a otro y tanto las experiencias vividas como las circunstancias del momento, condicionan y mucho, nuestro desarrollo de forma continua. Imagina en adolescentes, el cambio puede ser de 360º.
Cuando nos aferramos a la versión de alguien y no aceptamos esos cambios, podemos vernos sumidos en un ambiente tenso y poco armónico que nadie desea. Los chavales, se transforman de forma abismal de un año a otro y nosotros, los adultos, debemos tomar conciencia del momento que están viviendo para encontrar los mecanismos de aceptación y respeto que en cada época necesitan.
Esta reflexión, no solo hemos de llevarla al ámbito familiar. Me parece una enseñanza magnífica para entender que el mundo corre a toda velocidad, cada día sale el sol y las mareas suben y bajan sin cesar, independientemente de lo que pase en el mundo. La vida sigue, el mundo sigue y nosotros, no podemos apegarnos a nada, a nadie y a ninguna versión estanca de las personas que nos rodean porque si no, estaremos en una frustración constante que nos hará sufrir y mucho.
Un amigo mío llama a esto dejar fluir, yo lo llamo ser testigo de la vida de los demás, sin ser protagonista y sencillamente, disfrutar de la película, que siempre tiene cosas interesantes para nosotros.
Apegarnos a trabajos, a roles, a personas, nos produce dependencia y soltar, es un acto generoso, humilde y respetuoso hacia los demás, que no nos pertenecen.
Me gusta pensar que todo se mueve a mi alrededor y que cada persona y cada momento, tiene algo para mi justo en ese instante, pero nada es para mi y he dejar ir a quien ya no tenga que estar.
La vida es increíble, toma conciencia de cada instante y saborea todos sus regalos, que son muchos.
Tomando conciencia, viviendo en coherencia….