No me considero una gran fan de Alejandro, sin embargo, lo que vivimos anoche en Murcia fue digno de recordar.
Compramos las entradas hace casi tres años y llegó la pandemia, una suspensión, otra y por fin, anoche su público se rencontró con él, tras siete años desde su última actuación.
Yo compré mi entrada porque la música en directo es una forma de conectar con algo dentro de mi. Toda me emociona, me traspasa y sobre todo, me hace conectar con un montón de emociones que el día a día no consigue. Además, mis mejores amigas iban y compartir música y amistad, para mi es una mezcla inmejorable.
La música es belleza, es amor, es conexión, es diversión. Anoche asistí a un espectáculo de magia, miles de almas felices, emocionadas y conectadas profundamente con la sensibilidad del artista. A pesar de que el calor casi acaba con nuestras constantes vitales, como diría un teenager, lo dimos todo.
Imagino que este fenómeno de Alejandro lo hace en todos sus conciertos, pero la realidad es que anoche, poníamos en orden aquello que nos quitaron con la pandemia. No cabía un alma, cantamos todas sus canciones y digo todas porque aunque como decía al principio, no soy una gran fan, ese hombre se encargó de cantar más de dos horas para todos, para sus incondicionales y para el resto y nos hizo un repertorio espectacular de los éxitos de su carrera.
Tras dos horas de concierto, fue explicando al público que debíamos acabar y aunque fue muy generoso y siguió y siguió, la realidad es que allí, nadie quería terminar, nadie quería marcharse.
Me fui con mis emociones, con mis recuerdos de juventud, con mi parte más fresca y sobre todo, me fui con un momento único de atención plena. Esas dos horas me desconectaron de todo, del mundo, de los problemas, de las injusticias, de las preocupaciones. Solo el artista, solo la música y miles de personas en un mismo espacio, en una misma energía.
La conexión con la música es una forma de poner nuestra atención a través de ella, en nosotros, en nuestra vida, en nuestros sentimientos…
y como dice la canción:
«Pasaréis, pasarán los tiempos, se irán los momentos, ya lo veréis
Pasarán los imperios, las guerras, los besos y donde miréis
Quedarán los versos y los porqués
Recuérdalo, esta canción
La música no se toca»
Gracias por una de las noches más emocionantes de mi vida
Tomando conciencia, viviendo en coherencia…