Los seres humanos celebramos algunas ocasiones durante el año y dedico este post a las celebraciones para que tomemos conciencia de la importancia que tiene este acto social
Como seres profundamente sociales, la celebración es la realización de un homenaje a una fecha determinada que hacemos los seres humanos.
Celebramos los cumpleaños, los aniversarios importantes, las llegadas, las despedidas y cualquier acontecimiento que sintamos que merece la pena compartir con nuestros seres más queridos.
Cuando nosotros celebramos, ponemos en el punto de mira a un protagonista y de alguna forma, el resto de asistentes a la celebración, tienen un gesto de amor y consideración hacia el homenajeado.
Cuando celebramos, emociones como la alegría, la sorpresa, el amor o la lealtad nos acompañan y sus beneficios, inundan a todos los asistentes. Estas emociones nos llenan de optimismo, nos activan y sobre todo, nos hacen sentir bien con la vida.
Conforme vamos madurando, muchas personas van sintiendo cierta pereza a la hora de celebrar. Por otro lado, la pandemia nos ha hecho mucho daño en este sentido ya que tras dos años sin poder socializar, muchas personas han perdido este maravilloso hábito.
Pues bien, quiero que a través de este post, tomemos conciencia de los beneficios de celebrar:
- Aumenta la autoestima del homenajeado, ya que se siente rodeado de personas a las que les importa
- Nos hace aflorar emociones muy positivas a todos con sus beneficios psicológicos y físicos
- Nos hace sentir que avanzamos en la vida y por lo tanto, vamos consiguiendo el gran reto de vivir
- Nos hace dedicarnos un tiempo a cuidarnos mutuamente, preparando una fiesta, una comida para nuestros seres queridos
- Nos hace salir de los pensamientos negativos que nos atrapan en nuestras rutinas
- Nos hace conectar con nuestros círculos sociales afianzando éstos y haciéndonos sentir seguros. Esto nos hace aumentar nuestra esperanza de vida, por tener más desarrollado nuestro sentido de pertenencia.
- Nos hace tener una visión más optimista de la vida
Celebrar nos aporta muchos beneficios y no celebrar hace que los eventos determinantes de nuestra vida, pasen «sin pena ni gloria» y esto puede hacernos sentir que nada importa, que nada cambia . Esta sensación de rutina, lleva a sentimientos de soledad y aislamiento.
Desde niños hasta ancianos, no dejemos de celebrar y estaremos protegiendo a nuestra salud mental y sobre todo, estaremos dando un poco de salsa a la vida para que nos sepa mejor.
Tomando conciencia, viviendo en coherencia…