Sitúate ante las fechas o acontecimientos que tengas próximamente dignas de celebrar y observa cómo te sientes:
¿te produce pereza o te activa?
¿te sientes feliz o al contrario, te hace sientir cierto agobio?
¿te acuerdas de las personas que quisieras que te acompañaran o al contrario, no tienes ganas de gente?
El celebrar es muy positivo y deberíamos sentirnos bien al pensar en ello. Si no es así, es porque estás sintiendo cierto rechazo a la socialización o a poner en valor tu propia vida.
Toma conciencia de lo que hay detrás y trabaja de forma consciente, retomar una costumbre tan beneficiosa como esta para tu bienestar. Solo hay que dar un primer paso.