La necesidad de control es uno de los movimientos inconscientes que más daño nos hace en nuestra vida. Además de producirnos estados de estrés permanente, por pretender controlar lo que no depende de nosotros, relegamos a un segundo plano a las personas que nos rodean y pretendemos de forma inconsciente, que todo se haga a nuestra voluntad y de la forma que consideramos más adecuada.
Las personas que nos rodean, sienten que no son puestas en valor y esto genera mucho rechazo y conflicto en nuestras vidas, tanto personal como profesional.
Si te apetece trabajar sobre esto, te invito a hacerlo a través de :
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