Siéntate delante de tu diario, cierra los ojos y vete a tu niñez. Deja que tu mente se relaje y te traiga todo aquello que le apetezca de aquella época.
Abre tus ojos y escribe una carta desde tu niño interior hacia la persona que eres hoy y cuéntate cómo tener una vida que merezca más la pena.
Que la disfrutes