Vivimos en la era del miedo a estar solos, y no engancharnos para no sufrir , de querernos para un rato y olvidarnos por si acaso, de no saber lo que queremos y equivocarnos….
Vivimos en la era de la desconfianza en todo lo que no pertenece a nuestro círculo más íntimo, y todos los círculos íntimos están llenos de amor…
Vivimos en la era del culto al egoísmo, donde la falta de compasión ante el sufrimiento ajeno, nos garantiza una soledad abrumadora en nuestros momentos de sufrimiento, porque no sabemos acompañar, porque no acompañamos, ni nos acompañan…
Vivimos en la era del pudor al sentir, y a mostrar sentimientos, donde las corazas nos alejan de cualquier posibilidad de abrazar la vida…
Vivimos en la era de ruido lleno de soledad, de prisa llena de angustia, de autoexigencia llena de un grito de socorro, de pudor a ser humanos necesitándonos más que nunca, vivimos en la era del hacer y no del ser, y todo esto nos aleja de lo más importante, las personas…
Vivimos en un mundo donde la palabra amor se asocia con lo cursi, lo vulnerable, lo débil y sin embargo, es el amor el que nos salva de las peores situaciones, es el amor el que nos levanta durante la desesperación, es el amor el que nos hacer recordar que incluso el dolor, merece la pena si va precedido de amor.
Amar es imprescindible , amar es urgente, amar es enfrentarnos al dolor desde la aceptación, la compasión y sin resistencia a la propia vida.
La forma más bonita del amor, es el propio, y el mayor error que podemos cometer, es perderlo.
Tomando conciencia, viviendo en coherencia