Descubriendo la esencia de la humildad, lo que es y lo que no es

En un mundo lleno de ruido y pretensiones, la humildad brilla como una joya rara y valiosa, pero ¿qué es realmente la humildad? ¿Cómo se manifiesta en nuestras vidas y cómo podemos distinguirla de otros comportamientos?

Ante de explorar sobre qué es y qué no es, es importante saber qué nos aporta esto de ser humildes. Tener conciencia de nuestra visión tan limitada de las cosas, nos abre a la diversidad de todo lo que nos rodea, nos muestra la percepción de la realidad, vista desde los ojos de otras vidas, otras experiencias que hace posible que tengamos una visión mucho más objetiva de las cosas.

El terror que nos acecha, como una nube negra, a no ser suficientes, esa necesidad permanente de aprobación externa que nos acompaña desde niños, hace que nos resistamos a aceptar que nuestra capacidad para interpretar la realidad, está muy condicionada por lo que hemos vivido. El abrirnos a tan solo, escuchar con apertura lo que los demás tengan que aportarnos ante cualquier situación, nos hace inmensamente más ricos en visión.

Entonces , qué podemos decir que es humildad:

• Tomar conciencia de uno mismo, sabiendo y reconociendo nuestras virtudes y fortalezas sin pudor, entendiendo en qué somos buenos, bien sea por talento personal o por esfuerzo, da igual, pero reconociéndonos y expandiendo todo lo posible esta parte de nosotros. Pero humildad también es entender y aceptar nuestras debilidades, nuestras limitaciones sin entrar en un reproche constante hacia nosotros mismos por esas carencias y tomar conciencia de la necesidad de ayuda de los demás para suplirlas.
• Respeto por los demás, valorando y respetando la visión de todas las personas que nos crucemos a lo largo de nuestra vida, independientemente de su estatus, nivel cultural o situación personal. Entrenar la humildad es entrenar la amabilidad, la consideración y el reconocimiento de la dignidad inherente de todos los seres humanos.
• Apertura a la crítica, sin temer a sentir rechazo por algunas cosas de las que hayamos hecho y aún sosteniendo el dolor que esto nos produce, ser capaces de reconstruirnos para seguir intentándolo.
• Generosidad y servicio, tomando conciencia de la desigualdad que nos rodea y de alguna forma, compensar tu suerte con la ayuda a los que no la tuvieron. No se trata de hacer algo por ser reconocido, sino hacer algo en signo de agradecimiento por todo lo que tenemos en la vida.
• Agradecimiento y valoración de lo que se tiene, de todo lo que los demás hacen por nosotros y de todo lo que recibimos cada día.

Qué no es humildad:

• La falsedad que se finge de ser menos de lo que somos para obtener la aprobación de los demás, en una sociedad donde el síndrome del impostor y la debilitada autoestima nos hace sentir no merecedores de nuestros logros. No se trata de minimizar nuestras habilidades genuinas.
• La sumisión pasiva, ser débil o permitir que otros sean los que marquen nuestras decisiones, nuestra voluntad con el fin de no sentirnos rechazados o abandonados. Esto implica tener la fuerza interior necesaria para defender nuestros principios y derechos, pero sin arrogancia o prepotencia.
• No alardear de nuestra modestia. No mostrar y presumir de falsa de orgullo, sino actuar con autenticidad y sinceridad, siempre con una comunicación asertiva y no ofensiva hacia los demás.
• La humildad no es comparar constantemente con los demás para demostrar nuestra superioridad o inferioridad. Las personas humildes se aceptan a sí mismos tal y como son y respetan la singularidad de cada individuo.
• La humildad no es ausencia de ambición, no implica renunciar a nuestras metas y aspiraciones. Podemos ser humildes y al mismo tiempo, trabajar arduamente en alcanzar nuestros sueños, siempre con un sentido de propósito más elevado que el mero éxito personal.

Como conclusión, la humildad es el equilibrio delicado entre la conciencia de uno mismo, el respeto por los demás, la apertura a la crítica, la generosidad y el agradecimiento. No se trata de menospreciarnos a nosotros mismos ni de someternos a los demás, sino de cultiva una actitud de humildad genuina y auténtica que enriquezca nuestras vida y la de quienes nos rodean.

Tomando conciencia, viviendo en coherencia….