Esta semana te invito a sentarte con el diario y hacer un balance de lo bueno y lo malo de cada uno de tus días. Por ejemplo, esta semana he estado trabajando y hacía mucho calor. Mi reflexión es algo así:
- Tengo trabajo, pero hacen 45 º cuando voy a la consulta. Me siento agotada, sin embargo, el trabajo me va a permitir arrancar septiembre con tranquilidad a nivel económico y además, estoy trabajando con clientes que me necesitan y con los que siento que estoy haciendo un buen trabajo. Esto me hace sentir bien y me conecta con lo más profundo de mi propósito. No hay tráfico en Murcia, aparco sin problemas y en tiendas y restaurantes, no hay colas. En mi espacio de trabajo hay aire acondicionado y en realidad, solo paso calor en el camino. Durante las noches, estoy quedando con amigos que también están en Murcia y parece que todo el mundo va más despacio, está menos estresado y de alguna forma, me gustan las conversaciones que se generan porque son más positivas. Por otro lado, estoy haciendo un montón de deporte porque tengo más tiempo y casi no hay gente en los centros a los que voy. Me estoy organizando mejor para preparar comidas ricas y saludables y estoy desarrollando proyectos preciosos aprovechando que tengo menos trabajo.
Esto solo es una pequeña reflexión que hace un balance realista y no permito que mi cabeza me amargue la vida en un agosto en Murcia.
Te animo a que estés donde estés, hagas este ejercicio y calles a esa voz quejica de tu cabeza.