Post semanal

22 diciembre 2024

Comidas navideñas

El placer de conectar con cada bocado

Vivimos en un mundo lleno de prisa, y la Navidad no es una excepción. Las comidas, que podrían ser momentos para nutrirnos y disfrutar, a menudo se convierten en una sucesión rápida de platos, conversaciones superficiales y el inevitable desplazamiento hacia el sofá, cargados por el exceso. La comida consciente nos invita a desacelerar y a estar realmente presentes.

¿Cómo hacerlo?

Observa tu plato. Antes de comer, toma un momento para observar cada alimento: los colores, las texturas, la disposición de los ingredientes. Pregúntate: ¿qué historia hay detrás de cada bocado? ¿Cómo llegó este alimento hasta aquí?

Aprecia los sabores. Lleva el primer bocado a tu boca y mastícalo lentamente. Permítete descubrir las capas de sabor, las especias y cómo cambia la textura al masticar. Este acto sencillo puede transformar incluso el plato más sencillo en una experiencia única.

Escucha a tu cuerpo. Mientras comes, presta atención a cómo reacciona tu cuerpo. ¿Cómo sabes que ya estás satisfecho? Comer consciente no significa privarte, sino disfrutar plenamente sin excederte.

    Y las personas que nos acompañan…

    Las comidas navideñas también son oportunidades para conectar con las personas que amamos. En un mundo donde las conversaciones suelen estar interrumpidas por notificaciones y pantallas, la comida consciente nos ayuda a crear espacios de verdadera presencia.

    Algunas claves para una conexión profunda:

    • Deja el teléfono a un lado. Haz de la mesa un espacio libre de tecnología. Esto permite que las interacciones sean más auténticas y enriquecedoras.
    • Escucha con atención. En lugar de pensar en qué responderás, dedícate a escuchar a quien habla. Observa su tono, su expresión y lo que realmente quiere transmitir.
    • Agradece el momento compartido. Antes de empezar a comer, podrías proponer un momento de gratitud conjunta. Esto no tiene que ser algo solemne; basta con expresar cuán feliz te sientes de compartir esa mesa.

    En el bullicio de la Navidad, la comida consciente nos recuerda que los momentos más valiosos no están en los regalos o en los adornos, sino en las experiencias vividas con total presencia. Éstas son algunas ideas para llevar la atención plena a tus comidas navideñas:

    • Haz una pausa antes de comer. Inspira profundamente y exhala. Este pequeño gesto te ayudará a conectar con el momento presente.
    • Come con todos los sentidos. Más allá del gusto, observa cómo los alimentos se ven, huelen y hasta suenan al morderlos.
    • Permítete disfrutar. Quizá no todos los días disfrutes de esos platos especiales. Permítete celebrarlo sin culpa, con plena consciencia de cada textura y sabor.

    Te propongo que, antes de tu próxima comida navideña, dediques unos minutos a observar la mesa. Mira a cada persona que te acompaña, reconoce la intención amorosa con la que se ha preparado cada plato y permite que esa gratitud impregne todo el momento. Comer consciente no sólo nutre el cuerpo, sino también el corazón.

    La Navidad es un tiempo para regalar y recibir. Este año, regalémonos presencia plena en cada bocado y en cada encuentro. Quizá ese sea el mayor obsequio que podamos dar y recibir.

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